Hoy me he encontrado dos noticias
impactantes. La primera de ellas es que han aparecido casi 800 esqueletos de
bebés en un depósito de cemento cerca de un antiguo convento católico. Los
bebés fueron enterrados de forma secreta por las monjas de aquel convento, ya
que eran hijos de mujeres solteras, y probablemente considerarían que eran
hijos del mal. Esto sucedió entre los años 1925 y 1961, época en la que aún
siguen encerrados numerosos individuos de la iglesia denominada “cristiana” que, vistos sus actos, de cristiana no tiene nada.
Se barajan como motivos de las
muertes de los bebés distintas enfermedades como tuberculosis o neumonía,
incluso desnutrición y maltrato.
Dejando aparte el tema religioso,
me pregunto. ¿Cuántos esqueletos de personas, incluyendo víctimas de guerras
como la civil en España, permanecen olvidados bajo tierra en ignorados rincones
de nuestro planeta? ¿Cuántas excavaciones harían falta para encontrar todos
esos cadáveres? ¿Cuántos de esos esqueletos se habrán desintegrado ya por el
paso del tiempo y permanecerán únicamente en el recuerdo de sus seres queridos,
si es que los tuvieron?
Solamente un consejo: tened
cuidado cuando excavéis en alguna parte. Nunca sabemos cuándo y dónde podremos
encontrarnos con un esqueleto, tal vez de un bebé o de un adulto, y tal vez
nunca sabremos cuál es la historia que llevó a esa persona a ser enterrada en ese
lugar. El pasado guarda muchos secretos, y opino que todos deberían ser
desenterrados.
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