Aunque llevan décadas viviendo entre nosotros, es reciente el descubrimiento de la tribu Topami, de la cual iban surgiendo individuos aislados con cierta periodicidad, pero últimamente se han descubierto auténticos yacimientos de nativos, todos con cierta afinidad por un material que se presenta en diversos colores, de tacto flexible y suave, que algunos llaman dinero.
Este material se encuentra de forma física principalmente en bancos de algunos países, y de forma virtual en un entramado de operaciones desconocidas para el vulgo, inventadas por los jefes de la tribu Topami, que se engloban bajo el nombre común de "Bolsa".
La tribu Topami ha permanecido oculta hasta mediados de los años 70, cuando el único individuo (y algunos adláteres) conocido de esa tribu falleció, dejando su herencia en posesión de sus descendientes, surgidos a raíz de dicha muerte, que han empeñado su vida desde entonces y hasta la actualidad, en la misión de recopilar el material antes citado y reunir grandes cantidades con el fin de utilizarlo como artículo de trueque por otros materiales como oro, construcciones cerca de grandes extensiones acuáticas, vestiduras sedosas de carácter íntimo, y servicios de intercambio sexual, exterminio de razas animales de terrenos selváticos e incluso reservas donde alimentarse a menudo con grandes banquetes.
Los individuos de la tribu Topami deambulan actualmente entre nosotros ataviados con elegantes ropajes, generalmente de colores oscuros, y suelen lucir sobre su pecho un trozo de tela alargado que se ata al cuello mediante un nudo, que puede ser de diversos modelos, y que en algunos comercios textiles se puede encontrar bajo el nombre de "corbata".
Pero no se fíen. Aunque los Topami no suelen revestir carácter de peligrosidad respecto al trato con individuos ajenos a su tribu, sí que actúan de forma temerosa con las reservas que de su material favorito puedan disponer dichos individuos. Suelen arrebatárselo mediante actividades complejas de distracción y engaño llamadas "comisiones", "contratos a dedo", "preferentes" y otras de difícil explicación.
Por ello, recomendamos que, si se encuentran con algún miembro de la tribu Topami, lo denuncien inmediatamente en el cuerpo de seguridad más cercano, antes que el colorido material que pueda descansar en sus bolsillos desaparezca como si de magia se tratase. Actualmente se están desarrollando técnicas para descubrir y detener las acciones de dichos individuos, aunque se sospecha que se pueden librar de su merecido castigo, ya que los Topami también poseen la capacidad de controlar las acciones de instancias superiores como la Justicia y la Policía.
Sea como sea, procuren mantenerse alejados de la tribu Topami. Sus sonrisas podrán engañarles, pero si miran hacia otro lado y corren sin parar, es posible que sus largas extremidades no alcancen a arrebatarle su... ¿cómo se llamaba?... ah, sí, dinero.
Fe de erratas: La palabra "Topami" debe llevar un acento en la i final. Es decir, que la palabra es "Topamí", también encontrada en diversos escritos con sus sílabas separadas, así: "To pa mí".
miércoles, 29 de octubre de 2014
viernes, 10 de octubre de 2014
Ezequiel 25:17
Un hombre con el virus del ébola llega a un hospital de Madrid. La dirección del hospital solicita voluntarios para tratarlo. Una mujer se presenta voluntaria, con la buena intención de ayudar en lo que pueda. Ella pensará: "ahora nos darán un curso de tres días, como hacen en otros países, para aprender a tomar las medidas adecuadas y nos darán los trajes apropiados para ello". Pero no, le ponen delante a otra enfermera que, en 20 minutos, se pone y se quita un traje, y ahí se termina el curso.
Después le dan un traje que no se parece en absoluto a los que usan en otros hospitales más profesionales de otros países, sino un traje con el que tiene que cerrar los guantes con cinta aislante, que a algunas personas no les sirven porque no son de su talla, y con esas medidas cutres la meten en la habitación del enfermo.
Una vez que el enfermo se ha muerto, cosa que los técnicos y expertos ya sabía que iba a suceder, con lo que el traslado fue inútil, ella se vuelve a su casa sin que le hagan una revisión previa de su estado de salud. Una vez en casa, comienza a notar síntomas de fiebre, pero continúa con su vida normal, y le dice al marido que ni la toque, es más, mantienen una convivencia apartada una del otro, comiendo en diferentes utensilios y durmiendo en distintas habitaciones.
Al aumentar su fiebre, llama al hospital, que va a recoger a la enfermera con una ambulancia normal, sin ningún tipo de protección, y que continúa llevando a otros pacientes durante alrededor de 12 horas, una vez que ya la han trasladado a ella, con el consiguiente peligro de contagio.
Al empeorar su estado de salud, ya en el hospital, deciden ir a su casa para desinfectarla y matar a su perro sin comprobar si está infectado, ante la indignación de numerosas personas y el eco de medios de comunicación de diversos países. Ignorando tal indignación y tal eco, el perro es asesinado, dando una prueba de lo que le importa al gobierno la imagen que este país dé en el extranjero. Una vez asesinado el perro, uno de los técnicos se quita el traje de protección en plena calle, delante del vecindario, sin saber tampoco si ha podido contagiarse de alguna manera, en caso de que el perro estuviese contagiado.
Ahora la enfermera sigue en estado crítico, y para tratar de limpiar su imagen, el gobierno apunta a la enfermera, que se presentó voluntaria, como la culpable de todo el asunto. Si los misioneros se hubieran quedado en África, ella y su perro seguirán vivos y en perfecto estado de salud. Ahora, un perro ha sido asesinado, una mujer se encuentra en estado de salud grave y hay posibilidad de que haya más infectados.
Y por eso, dedico este mensaje al PP:
“El camino del hombre recto esta por todos lados rodeado por las injusticias de los egoístas y la tiranía de los hombres malos. Bendito sea aquel pastor que en nombre de la caridad y de la buena voluntad saque a los débiles del valle de la oscuridad. Porque el es el verdadero guardián de su hermano y el descubridor de los niños perdidos. ¡Y os aseguro que vendré a castigar con gran venganza y furiosa cólera a aquellos que pretendan envenenar y destruir a mis hermanos! ¡Y tú sabrás que mi nombre es Yahvé, cuando caiga mi venganza sobre ti!”
Si habéis visto la película "Pulp Fiction", ya sabéis lo que vendría ahora.
Después le dan un traje que no se parece en absoluto a los que usan en otros hospitales más profesionales de otros países, sino un traje con el que tiene que cerrar los guantes con cinta aislante, que a algunas personas no les sirven porque no son de su talla, y con esas medidas cutres la meten en la habitación del enfermo.
Una vez que el enfermo se ha muerto, cosa que los técnicos y expertos ya sabía que iba a suceder, con lo que el traslado fue inútil, ella se vuelve a su casa sin que le hagan una revisión previa de su estado de salud. Una vez en casa, comienza a notar síntomas de fiebre, pero continúa con su vida normal, y le dice al marido que ni la toque, es más, mantienen una convivencia apartada una del otro, comiendo en diferentes utensilios y durmiendo en distintas habitaciones.
Al aumentar su fiebre, llama al hospital, que va a recoger a la enfermera con una ambulancia normal, sin ningún tipo de protección, y que continúa llevando a otros pacientes durante alrededor de 12 horas, una vez que ya la han trasladado a ella, con el consiguiente peligro de contagio.
Al empeorar su estado de salud, ya en el hospital, deciden ir a su casa para desinfectarla y matar a su perro sin comprobar si está infectado, ante la indignación de numerosas personas y el eco de medios de comunicación de diversos países. Ignorando tal indignación y tal eco, el perro es asesinado, dando una prueba de lo que le importa al gobierno la imagen que este país dé en el extranjero. Una vez asesinado el perro, uno de los técnicos se quita el traje de protección en plena calle, delante del vecindario, sin saber tampoco si ha podido contagiarse de alguna manera, en caso de que el perro estuviese contagiado.
Ahora la enfermera sigue en estado crítico, y para tratar de limpiar su imagen, el gobierno apunta a la enfermera, que se presentó voluntaria, como la culpable de todo el asunto. Si los misioneros se hubieran quedado en África, ella y su perro seguirán vivos y en perfecto estado de salud. Ahora, un perro ha sido asesinado, una mujer se encuentra en estado de salud grave y hay posibilidad de que haya más infectados.
Y por eso, dedico este mensaje al PP:
“El camino del hombre recto esta por todos lados rodeado por las injusticias de los egoístas y la tiranía de los hombres malos. Bendito sea aquel pastor que en nombre de la caridad y de la buena voluntad saque a los débiles del valle de la oscuridad. Porque el es el verdadero guardián de su hermano y el descubridor de los niños perdidos. ¡Y os aseguro que vendré a castigar con gran venganza y furiosa cólera a aquellos que pretendan envenenar y destruir a mis hermanos! ¡Y tú sabrás que mi nombre es Yahvé, cuando caiga mi venganza sobre ti!”
Si habéis visto la película "Pulp Fiction", ya sabéis lo que vendría ahora.
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