lunes, 8 de diciembre de 2014

Huevos y abejas

El otro día comí por segunda vez (la primera fue hace años) en un restaurante de comida árabe que hay en Avilés, de nombre Alkasbah.

Probé un plato que no conocía, con un producto que sale de los huevos (el pollo) y un producto que sale de las abejas (la miel). Pues bien, no había probado cosa tan rica en mucho tiempo.

Eso me llevó a preguntarme quién fue la primera persona que fue capaz de combinar algo tan dispar como lo que sale de un huevo y lo que sale de una abeja. Igualmente me pregunto quién fue la primera persona que combinó ciertos alimentos y descubrió que esa combinación no era nada buena.

Para saberlo, hubo de probarla.

Es lo que yo siempre digo, para que un invento, una combinación de sabores, un proyecto político, social, laboral, etc, funcione, antes siempre habrá uno o más intentos fallidos.

Por eso, mi consejo para este post es el siguiente:
Nunca os rindáis. Aunque probéis a hacer una cosa y no funcione, dadle una vuelta y volved a probar, si tampoco funciona, dadle más vueltas, buscad otras alternativas, otros caminos, hasta que encontréis la forma de que funcione.

Sea lo que sea, seguro que encontráis un hueco para ello, a menos que sea una cosa tan absurda que no tenga ningún recorrido, como por ejemplo, tal como diría Luis Piedrahita, chicles con hueso.

Y mi segundo consejo para este post es el siguiente:
Si pasáis por Avilés no dejéis de visitar el restaurante Alkasbah. En una situación de crisis como la actual es difícil gastar dinero en cualquier cosa, pero este establecimiento merece la pena. Su propietario lucha incansablemente, igual que muchos, por dar a conocer la cultura gastronómica árabe, y el pollo a la miel supera a todo lo que he probado hasta ahora. Aunque aún me queda por probar el pollo al curry.

No lo olvidéis. Restaurante Alkasban, en Avilés, calle Ruiz Gómez. Pollo a la miel. Riquísimo.

viernes, 5 de diciembre de 2014

Dentro de un momento volvemos otra vez

Ayer, en el programa de Antena 3 "El Hormiguero", reprodujeron de forma un tanto sui géneris el mejor programa que se haya visto en una televisión mundial. "Un, Dos, Tres, Responda Otra Vez". El concurso creado por Chicho Ibáñez Serrador no ha tenido parangón en audiencia ni en entretenimiento en nuestro país ni fuera de él. La prueba la constituye el enorme número de adaptaciones que se han hecho del concurso en otros países.

Y ayer, en "El Hormiguero", apareció como invitada Mayra Gómez Kemp, junto a la que realizaron una mini versión del programa, con Arévalo, Fedra Lorente y el Dúo Sacapuntas, sustituyendo Pablo Motos al fallecido "El Pulga".

Y me volví a interesar en la mini ronda de preguntas, me volví a divertir con los chistes caducados de Arévalo, las gracietas de La Bombi y los golpetazos de Manolo Sarriá en la nuca de Pablo, y me emocioné en los últimos minutos, donde según Mayra "residía el éxito del concurso", en la cara de póker que ella siempre sabía poner, y que no revelaba ningún dato sobre los premios que contenía cada tarjeta.

Supongo que esa misma sensación la habremos sentido todos los fans del programa, que durante décadas mantuvo reunidos frente a la pantalla a miembros de varias generaciones, que esperaban con ansia la noche del viernes para verlo y dedicaban la mañana del sábado a comentarlo.

Y es por eso que el "Un, Dos, Tres" tiene que volver. No de cualquier manera, como la versión que en 2004 Chicho intentó modernizar, con aquello de "A Leer Esta Vez", para culturizarnos más leyendo y tal y cual. No. El "Un, Dos, Tres" tiene que volver con el "Responda Otra Vez", con la Ruperta, con nuevos humoristas y nuevos talentos que sepan sorprender y divertir al público, más allá del ya supersaturado monólogo cómico.

Y lo que más se necesita es esa tensión que todos los presentadores del programa, desde Kiko Ledgard hasta Luis Larrodera, rebautizado por Chicho para el concurso como Luis Roderas, supieron gestionar en todas las etapas. Se necesitan los números musicales protagonizados por bellas azafatas, se necesita que la gente vuelva a tener ilusión en algo, aunque ficticio para muchos, real para unos pocos. Y se necesita que la televisión recupere un poco de calidad, ante tanto reality cutre y debate político que más bien es gallinero donde todos saben de todo.

Alguien debería hacerse con los derechos, puesto que Chicho, por su edad y delicada salud, no creo que esté ya en condiciones, y resucitar el espíritu del programa, que unía a las personas de una misma familia con un mismo interés, que conseguía audiencias de millones, aunque solo había dos canales, pero estoy totalmente seguro que, ante la poca originalidad actual, la seguiría consiguiendo.

Y estoy casi seguro de que algún día volverá. No sé quién lo presentará ni quién estará en la parte negativa, pero un concurso como ese no puede dejarse morir como se hizo. Tendrá que volver sí o sí. Muchos lo reclamamos, y algún día, nuestro sueño se hará realidad.