lunes, 16 de septiembre de 2013

La voz de James O'Barr

El pasado sábado se clausuraron las XVIII Jornadas del Cómic de Avilés con la presencia de James O'Barr, creador de un mito del cómic y símbolo de la cultura gótica: El Cuervo.

Parapetado tras la sombra que proyectaba la visera de su gorra sobre su rostro (una gorra que nunca se quitó en público), narraba hechos de su infancia y nos descubrió que era un hombre muy peculiar. Un hombre que se crió en un orfanato de Detroit, siendo el único chico blanco y con el que nadie quería jugar, así que no tuvo más remedio que apañárselas solo. Allí fue donde comenzó su afición por dibujar. Más tarde, a los 16 años, encontró el amor, y tres años después le fue arrebatado por un conductor borracho que solo estuvo tres meses en prisión.

Tras ese fuerte impacto se fue al ejército, donde permaneció varios años y al regreso, tras muchos avatares y movido por su furia mezclada con tristeza, creó el personaje del Cuervo, un héroe oscuro y atormentado que vuelve del más allá para vengar su muerte y la de su prometida a manos de un grupo de delincuentes.

Pero lo que realmente me asombró de James O'Barr fue su voz, una voz muy varonil, adornada por muchos “ammmm” y “you know”, pausada y profunda. Una voz que me evocaba una vida de sufrimiento, aunque después el dinero llegó a su vida merced al éxito del personaje que creó, y que será de nuevo adaptado al cine, pero aún así, en esa voz tranquila pero consciente se reflejaba una gran personalidad marcada por la tragedia y el no darle importancia al éxito conseguido. Porque como todos sabemos, hoy puedes ser rico no solo en dinero, sino en amor o en trabajo, pero mañana, si le apetece, la vida te lo puede arrebatar todo.


Pero qué voz... YO QUIERO ESA VOZ.

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