miércoles, 25 de septiembre de 2013

Flores sin destino

Es algo que me encontré ayer. Iba hacia mi casa, yo vivo en las afueras, y por el camino hay un puente que cruza sobre una carretera, y bajo el puente hay un terraplén. Por un lateral del puente observé que abajo, en el terraplén, entre los matojos y la porquería, había un ramo de bonitas flores blancas (no distinguí qué clase de flores) todavía frescas y envueltas con su plástico. Un ramo allí tirado, abandonado. Y no pude más que preguntarme por qué estaba allí ese ramo. En seguida me vinieron a la cabeza varias hipótesis.
¿Desengaño amoroso? ¿Arrepentimiento? ¿Esperanza truncada? ¿Nada de ello?
Tal vez un hombre iba a regalárselo a una mujer y se la encontró junto a otro hombre, y decidió arrojarlo allí.
Tal vez alguien iba a dar ese ramo de flores a alguien querido y se arrepintió por causas que ignoro, y decidió arrojarlo allí.
Tal vez alguien lo iba a regalar a alguien que pretendía conquistar y le dio calabazas, y decidió arrojarlo allí.
O puede que no tenga nada que ver con el amor. Tal vez alguien lo llevaba a la tumba de alguien querido, puesto que ese camino se sube hasta el cementerio, y en última instancia decidió dar la vuelta y lo arrojó en el terraplén.
Sea como fuere, ahora esas flores permanecen allí, junto a la basura, como una niña inocente y pura en mitad de una guerra, o una pequeña luz en medio de la oscuridad total. Las flores de secarán y marchitarán, y nunca sabré por qué.
Es una pena.

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