jueves, 3 de abril de 2014

El síndrome de Calimero

Los más jóvenes no recordaréis a Calimero, una serie de dibujos animados protagonizada por un pollito pequeñito y de color negro que siempre llevaba encima de la cabeza la mitad de la cáscara del huevo en que nació.

Hoy en día, Calimero es la más genuina representación de los ciudadanos españoles de a pie. Al igual que el pollito, vivimos con medio cuerpo fuera de nuestra casa, con riesgo permanente de desahucio, dado el bajo nivel económico de la mayoría y las deudas que se acumulan cada día más.

Tal y como le sucede a Calimero, que piensa que nadie le quiere por ser pequeñito y negro, lo cual tiene sus connotaciones racistas, nos sentimos discriminados por el gobierno, por la Unión Europea, por la gente con pasta, en definitiva, que cada vez nos quita más para llenar más sus cuentas corrientes legales y, sobre todo, ilegales.

Lo mismo que el pollito, pensamos que todo es una injusticia, pero como personas somos solidarios con los demás y les ayudamos en sus problemas siempre que podemos, tratando de ser felices en la medida de lo posible, y como el carácter de Calimero, somos inconformistas y peleamos por conseguir una vida más justa para todos.

Y al igual que el pollito, que ya ha desaparecido de la televisión, nosotros también terminaremos desapareciendo del país, yendo a buscarnos la vida fuera de él, y dejando que los políticos se queden con todo, que ya lo están haciendo, a menos que alguien cambie algo.

Y eso solo se podrá hacer en las próximas elecciones, para lo cual falta alrededor de un año. La pena es que Calimero no se presente con su propio partido. Yo le votaría.

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