No recuerdo que ninguno me saliese como tenía previsto. Por lo tanto, a partir de ahora no haré planes de ninguna clase.
A menos que algún día esté forrado de dinero. En ese caso, los planes me saldrán como a mí me dé la gana.
Así que este es mi consejo para empezar la semana:
Nunca hagáis planes. De nada. Con nadie. Porque la vida os los joderá.
A menos que esteis forrados de dinero.
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