Hace unos 10 años, el gobierno de Aznar se jactaba de que se construirían 650.000 viviendas en España, más que en Francia y Alemania juntas. Y yo me preguntaba: ¿Para qué?
Francia tiene una población de 65 millones de personas. Alemania, de 81 millones. En total, 156 millones.
España tiene unos 47 millones de habitantes.
¿Para qué tantas viviendas? ¿Había gente para cubrir toda esa oferta? Evidentemente, el tiempo ha demostrado que no.
Eso, sumado a otros factores, constituyó la burbuja inmobiliaria. Actualmente hay medio millón de casas sin vender, 290.000 a medio construir y 360.000 en proyectos que ni se han iniciado.
A raíz del desgraciado accidente del pasado miércoles, hoy escuché en un programa de debates (de esos en los que salen tertulianos que repiten presencia en casi todos los canales donde hay programas de debates, así que ya sabemos de qué comen) que la red ferroviaria de alta velocidad española es la segunda mejor del mundo, después de la china. Existen en nuestro país unos 3000 kilómetros de vías para alta velocidad, y más que se pretenden construir, mientras que la china supera los 7000 kilómetros.
Y volvemos a la misma historia. China tiene más de 1300 millones de habitantes. España tiene 47.
¿Realmente hay suficiente demanda para cubrir toda la oferta de alta velocidad en España?
¿Es posible que a raíz de este accidente los viajeros prefieran coger un transporte más lento, tipo autobús o tren normal, más baratos y, tal vez, con un riesgo menor?
¿Está asegurado el futuro de la línea de alta velocidad española?
¿Estaremos frente a una burbuja ferroviaria que estallará tal como lo hizo la inmobiliaria?
Ahí quedan las cuestiones, por si alguien sabe responderlas.
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